Biografía

Primeros años

Nací en Bilbo, País Vasco, un 3 de febrero de 1997.

A muy temprana edad descubrieron que la única forma de que dejase de llorar era ponerme Brass In Pocket de The Pretenders. Mi vínculo con la música no dejaría de estrecharse desde entonces.

En la Navidad de mis 12 años se me antojó el Guitar Hero, por aquello de parecerme a una estrella de rock. Menos mal que en el mismo catálogo de juguetes vendían una guitarra eléctrica hecha y derecha (tanto como una tienda de juguetes lo permite). Mi padre me convenció de añadirla a la carta: por la mitad puedes tener una guitarra eléctrica “de las de verdad”.

Progresaba a medida que descubría canciones de AC/DC que intentaba descifrar. Tan pronto como conseguí ahorrar el suficiente dinero salté a la guitarra acústica, al piano, al bajo y a la batería.

A los 15 años escuché por primera vez Dookie, de Green Day, mi influencia más importante y la que me abrió las puertas a entender la música como una herramienta para expresarme. También me impulsó a cantar y escribir mis primeras canciones.

The Untold Story

A los 16 años escribí Dear Angel, mi primera canción, lo que me hizo meterme de lleno en el mundo de la producción musical.

Poco después, en mi cuarto, con un solo micrófono y aprendiendo sobre la marcha, empecé a desarrollar mi primer proyecto musical. Un álbum al que llamaría The Untold Story (“La Historia No Contada”) y dedicaría 2 años y medio de mi vida.

Aunque en el momento no lo pretendiera, creo que acabó siendo una narración de mi adolescencia y de sus altibajos, amores y metamorfosis, materializada en una especie de opera rock. Se puede apreciar cómo voy madurando, mejorando y hasta mutando de voz entre canciones.

Creo que se hacen evidentes mis influencias de aquellos años: Green Day, Sum 41 y Oasis. Aunque toco bastantes estilos, desde punk rock en Welcome Home o Popcorn And Smoke, pasando por baladas como With You o The Lovely Jester y toques más blues como Heroine.

Es durante las últimas semanas del proceso de gestación de este álbum que escribiría Juliet, aunque quedaría fuera del álbum. También abriría mi canal de YouTube.

Sully Riot

Inmediatamente después de la publicación de The Untold Story formé el grupo Sully Riot junto a Aritz González, con quien solía alquilar una sala de ensayos los viernes para ir a tocar. Aritz se encargaría de la guitarra solista, mientras que yo pondría la voz y apoyaría con guitarra rítmica. A la formación se unirían Liam Ó Maoláin al bajo y Unai Legarda a la batería.

Con Sully Riot me inclinaría a mis influencias más punk rock, lo que derivó en nuestro disco debut Too Drunk To Handle This (“Demasiado borracho para manejar esto”). Para este trabajo tomamos prestadas Welcome Home y Popcorn And Smoke de mi primer disco, las cuales regrabamos para adecuarlas al sonido del grupo. Para el resto de canciones nuevas aporté las letras y melodías, mientras que la parte instrumental fue trabajo de Sully Riot en conjunto.

Con Sully Riot aprendí a tocar en directo y conocí la escena local. Nos estrenamos con un concierto acústico en el Fnac de Bilbo y desde entonces nos subiríamos a distintos escenarios durante varios años, incluyendo visitas a otras ciudades como Madrid.

La publicación de Lokaleko Leihotik disparó la popularidad de la banda. Después vendrían Begirada Itsuak, Fading Memory y un disco en directo grabado en Muxikebarri Zentroa, en Algorta.

Pandemia y skins

Tras la publicación de Lokaleko Leihotik con Sully Riot y queriendo acercarme de nuevo a mis inicios como artista en solitario publiqué Your Waltz, aunque tanto tiempo alejado de la composición me estaba pasando factura: lidiaba con un fuerte síndrome del impostor y problemas de ansiedad.

Tomé distancia de Sully Riot para enfocarme en mi proyecto individual y reencontrarme con mi pasión, volviendo así a mis orígenes. Aproveché la primera cuarentena de la pandemia de 2020 para juntar pequeñas ideas y notas de voz que había ido recopilando, dando forma poco a poco a un pequeño álbum.

Tras casi 3 años de trabajo vería la luz skins, dedicado al niño que llevo dentro y a todas las “pieles” que me convierten en quien hoy soy. Creo que es mi disco más maduro y personal hasta la fecha. También en el que mejor he sabido consolidar mi sonido, a pesar de convivir mi reconocible estilo con intentos de salir de mi zona de confort.